Me he quedado en el hotel La Buena Madre (25.000cfa./cama doble, climatizado y baño con agua en cubos). En esta ciudad hay restricción de agua para todos los vecinos, pero no de luz que funciona las 24h..
Su ubicación es excelente, en medio de decenas de
chiringuitos situados en una amplia explanada cerca del Mercado Central. Al atardecer algunos puestos de barbacoas
preparan pescado o pollo a los clientes que están sentados en estas especie de
terrazas, o también para quienes lo deseen llevar a casa. La música bien alta dura hasta la media noche pero se puede tolerar.
Mbini no me pareció una ciudad interesante. A excepción de la flora
y fauna a orillas del río, no tiene nada significativo. Es mas bien una ciudad de
paso en la que me detengo unos pocos días para visitarla sin muchas expectativas.
La coqueta playa que había justo en frente a esta ciudad ha
sido eliminada por un Paseo Marítimo, ahora en plena construcción, que pretende imitar al de Bata. Ha jodido tanto a los chiringuitos playeros, ahora cerrados, que tenían sus terrazas con vista al mar como a los
pescadores de la zona que varaban sus cayucos en la orilla y que a aquellos
les vendían el pescado que servían a sus clientes que hasta aquí se acercaban
para gozar de sus hermosas puestas de sol comiendo y bebiendo. Lo mismo ha sucedido con el coqueto Complejo Turístico situado en primera línea de playa donde colocaban tumbonas, sillas y sombrillas y ahora también cerrado porque las obras lo han dejado varios cientos de metros tierra a
dentro.
Ni que decir que esta enorme obra cambiará la estampa tan
particular que tenía en su momento la ciudad. Habría que ver el resultado, pero si finalmente sólo unos pocos paisanos pasean por la avenida como sucede en Malabo, mal
asunto.
Pasear por sus calles apenas seduce pues las antiguas
viviendas de madera, muchas de ellas bastante deterioradas, están siendo engullidas por
otras nuevas y más altas edificaciones.
El pequeño y característico Mercado Central, de construcción circular aunque ahora en estado decadente, no funciona desde hace mucho tiempo y los puestos de verduras, hortalizas y pescado están ubicados fuera, sobre la acera.
El pequeño y característico Mercado Central, de construcción circular aunque ahora en estado decadente, no funciona desde hace mucho tiempo y los puestos de verduras, hortalizas y pescado están ubicados fuera, sobre la acera.
Al lado, una fila de taxis esperan a los viajeros para
trasladarse a otros puntos del país.
El Ayuntamiento, una enorme edificación diáfana,
acristalada, con fachada y columnas que imita al estilo griego, ahora con su
frontis desaliñado por la falta de mantenimiento, es otro de los edificios emblemáticos del gobierno local. Las oficinas de diferentes ministerios están
situadas en los pocos antiguos edificios coloniales que aún se mantienen en buen estado.
Lamentablemente la vida animal ha desaparecido, o mejor
dicho ha sido devorada por los vecinos que no tienen reparo alguno en
reconocer, con cierta sonrisilla cómplice, que ya no hay animal alguno cerca de
la ribera porque han sido cazados. Prácticamente todas las especies han
desaparecido de sus orillas. Ni caimanes quedan ya. Todo se lo han comido!
Este viaje no está siendo muy cultural como me ha sucedido
en los demás países africanos que he visitado ya que apenas hay resquicios de
ella en este país, pero me conformo con sacar partido de otras
situaciones emocionante como es el compartir horas charlando con su gente, oyendo sus
particulares versiones de cómo viven el día a día en este país tan complicado
no sólo para los turistas sino también para ellos. Según algunos, o están con la
mayoría Fang que es la etnia dominante o lo pasan realmente mal. Vamos, como
sucede en los países dictatoriales, como fue el de Franco, Pinochet, Idi Amin, los Castros o Kim Jong-un, por
no extenderme mucho. En este país hay mucho chivato y hay que tener cuidado con
lo que se habla.
Se evidencia muy a las claras que el país está cambiando muchísimo su imagen. El presidente con asistencia de sus asesores está dando ordenes para mejorar todo el país con
vista al 2020, que se espera que la nueva G.E. sea referente
económico en toda África. Las ciudades se amplían, las carreteras de gran
calidad se ensanchan y alargan estratégicamente para llegar a cualquier punto
antes perdido o dificultoso de la geografía.
A primera hora de la mañana acudí al Mercado de Mbini en busca de un taxi que me quisiera llevar hasta Kogo, o al muelle de atraque de esta ciudad donde salen los barcos de la empresa marroquí Somagec, que hace labores de construcción en Isla Corisco, mi próxima parada, en caso de llegar a la hora adecuada.
Kogo no se encuentra en la carretera principal que pasa por Mbini, ni tampoco es un destino popular demandado por estos vecinos, así que hay que pagar todos los asientos del taxi para que el chófer lo ponga en marcha. Tras regatear un poco, por 12.000cfa. conseguí transporte y que la suerte me acompañara para pillar el barco justo a tiempo de su salida. Como así sucedió.
Una vez cargado el barco con una docena de camiones -llevan diariamente piedras porque allí no es posible extraerla- y unos pocos pasajeros más salimos cuatro horas antes de la marea alta para que no haya problema de atraque y desembarque en la isla.
El barco de la Cía. Somagec viaja, menos los domingos, todos los días -ida y vuelta- cargado con sus camiones llenos de piedras para el nuevo Puerto de Corisco. También suelen cargar algún coche. El pasaje es gratuito excepto los sábados. Es un antiguo barco griego bastante seguro porque parte de la navegación se realiza a través del río y luego entre las islas Elobeyes y Corisco, donde al menos estos días en las tres horas y media que ha durado el trayecto ha sido confortable.
La autoridades han declarado hace unos años a isla Corisco como "Isla Turística" y por ello están realizando una serie de obras para atraer a todos los que estén interesados en visitar la "Joya de Guinea Ecuatorial" como es la Punta de Arena Blanca. Hay construido ya un aeropuerto internacional y otro hotel muy costoso para tal fin.
A la llegada, Jose, el único taxista de la isla, me comentó que D. Santiago ya no alquila nada porque marchó a Bata hace tiempo y que el Complejo por falta de turismo había cerrado tiempo atrás. Pertenece, oh que casualidad, a otro político!.
Ahora mismo el único que está funcionando es el hotel Corisco, pero cuesta 60.000cfa. la noche (aprox. 90€), aunque él me podía ofrecer, como lo había hecho en otras ocasiones a turistas, una habitación en su casa bastante más económica si no quería pagar aquel desorbitado precio. Y me pareció en principio una buena idea.
Pero, vaya, como son las cosas!, el recibimiento no fue nada cordial por parte del superior de la policía local y sus secuaces!. Desconfianza, malas caras y malos modos en el trato en el momento de dirigirse a mí al pedirme mis credenciales. Comprendí desde un principio que no tienen muy claro el concepto "TURISTA". Inquietante bienvenida! Parece ser que hay que llegar con corbata y maletín!
El superior de la policía tras preguntarme mis intenciones y cuántos días me iba ha quedar me dijo que me tendría que alojar en el hotel que se ha construido para los turistas, así que llamaron a un encargado del mismo, un marroquí de la Cía. Somagec para que nos acompañara hasta su ubicación. Pues hasta allá nos dirigimos, el marroquí en su ranchera y yo en el vehículo del taxista.
Pero, vaya, como son las cosas!, el recibimiento no fue nada cordial por parte del superior de la policía local y sus secuaces!. Desconfianza, malas caras y malos modos en el trato en el momento de dirigirse a mí al pedirme mis credenciales. Comprendí desde un principio que no tienen muy claro el concepto "TURISTA". Inquietante bienvenida! Parece ser que hay que llegar con corbata y maletín!
El superior de la policía tras preguntarme mis intenciones y cuántos días me iba ha quedar me dijo que me tendría que alojar en el hotel que se ha construido para los turistas, así que llamaron a un encargado del mismo, un marroquí de la Cía. Somagec para que nos acompañara hasta su ubicación. Pues hasta allá nos dirigimos, el marroquí en su ranchera y yo en el vehículo del taxista.
Hubo un intento de implantar vuelos
comerciales con varias compañías pero dejaron de volar al poco tiempo de la
inauguración por carencia de pasajeros.
La parte suroeste de la isla es la habitada, dividida en varios asentamientos, y exactamente en el lado opuesto donde llega el barco. El hotel Corisco está aún más alejado de la población. Apartado. Solitario. Rodeado de vayas metálicas. Es grande, bonito, con estilo, una especie de bungalows futurista, y por dentro es una maravilla, pero... voilà, no hay nadie alojándose!!. Apenas han alquilado algunas habitaciones desde que lo han abierto. Otro despilfarro más que paga el pueblo guineano.
Pues no. Una vez observado el complejo, dónde estaba situado y el precio que piden, tras hablar con el marroquí, le dije que no estaba interesado en quedarme ahí, recluido
como un poderoso en una cárcel para poderosos!. Sin acceso a pie a ninguna
playa, ni al pueblo, ni a ningún bar o restaurante local. Tendría que depender de esa ranchera (previo pago) para que me trasladara a cualquier lugar
de la isla, y siempre teniendo controlados mis movimientos por alguien afín al hotel y por la policía local.
La parte suroeste de la isla es la habitada, dividida en varios asentamientos, y exactamente en el lado opuesto donde llega el barco. El hotel Corisco está aún más alejado de la población. Apartado. Solitario. Rodeado de vayas metálicas. Es grande, bonito, con estilo, una especie de bungalows futurista, y por dentro es una maravilla, pero... voilà, no hay nadie alojándose!!. Apenas han alquilado algunas habitaciones desde que lo han abierto. Otro despilfarro más que paga el pueblo guineano.
Ante esa situación le dije al taxista que me quedaría en su casa, en
medio del pueblo, de los bares, del par de restaurantes locales donde hay vida
vecinal. Montamos en el taxi y regresamos al poblado para comunicárselo al superior, que nos estaba esperando en la carretera. Y volvió nuevamente el conflicto: gritos, amenazas, malos gestos y duras palabras a JoJo (o Jose), el taxista, acusándolo de que "me había
convencido que me hospedara con él", cuando se había construido un hotel para que
los turistas se quedaran exclusivamente allí. Ante esa situación tan absurda que estaba viviendo como turista a punto estuve de volverme al Puerto y regresar
con el barco nuevamente a Kogo.
Pero bueno!, que está pasando aquí? "¡¡Os habéis comido a
los turistas también!!". Qué sin sentido me parece todo!. Quieren
implantar un Turismo a "su manera", un Turismo Recluido, sin contacto con los habitantes de la isla. ¿A que tenéis miedo?
Pues lamentablemente de esta manera no viene nadie porque un turismo así sencillamente no existe!. <<Han hundido la isla en la miseria!>>, palabras textuales de los vecinos. Están muy quemados de
ellos. De sus formas. De su trato. Lo hablan con mucha preocupación, con mucho miedo por quién pueda oírlos.
Con Jose recorrí en bastantes ocasiones parte de la isla. Me
presentó a su familia, sus amistades y pasábamos todos los días por el puesto de la Policía -que finalmente me habían dejado algo de libertad de movimiento, aunque me sentía en todo
momento vigilado-. Un turista en chanclas de goma, un libro, una toalla y una
botella de medio litro de agua en su mochila posiblemente no fuese tan
peligroso!, habrían pensado. Pero cuidado, como me dijo Antonio, un policía
raso que va siempre con dos emisoras y una tableta a todos los lados, sin parar de controlar mis
movimientos, <<sí, estás con la gente del pueblo, y también observando "las
cosas">>. (?) Como si me hiciera un croquis del entorno para luego
atacarles... con la botella de agua!. Incluso, en una ocasión me pidió la
cámara de fotos para verificar que había fotografiado. Vamos, lo normal que se hace con los turistas en cualquier país!.
En tiempo colonial fue un lugar clave en la trata de esclavos con destino a las Américas. Disponía de factorías y fincas que proporcionaban una importante actividad lucrativa. Ahora nada queda de todo ello. Si acaso las ruinas mal conservadas de unas edificaciones de los primeros misioneros que también se instalaron aquí por sus excelentes condiciones de salubridad y clima ideal.
La vida de los corisqueños en la isla, en su mayoría de la
comunidad Benga -conocidos por ser buenos pescadores-, tras hacer sus diarias tareas, se
lleva a cabo por norma general en los bares donde se pasan horas bebiendo y charlando. Casi todos tienen sus pequeños huertos de
subsistencia de Yucas, Bananas, Mangos, Papayas, Piñas, Cebollas, Zanahorias,
Pimientos picante... El resto de productos importados viene del continente,
principalmente de Gabón. Los precios en las Abacerías, que a la vez en muchos
casos hacen de restaurante, son casi los mismos que en el resto del país.
Playa Arena Blanca no es tampoco una playa que se pueda
considerar paradisíaca. Sí, es de arena blanca de coral, muy fina, pero las hay
mejores en Gabón o Camerún sin ser tan dificultosa de alcanzar. Por
supuesto que las de Fuerteventura la supera con creces.
Pues no había absolutamente nadie en toda la zona y es que desde
hace años que no hay expatriados europeos ni visitando ni trabajando en la isla. Nadie del pueblo va a
la playa porque no tienen medio de transporte, a no ser que vayan en taxi como yo.
Por la tarde comimos en casa de una vecina parte de una enorme pescadilla en salsa de cacahuetes con plátanos y yuca, que compraron el día anterior a unos pescadores, y por la noche asistimos a una fiesta de baile tradicional benga frente a la Asociación que tienen los vecinos, cerca de la casa donde duermo, en la que pude bailar con algunas mujeres pero no sacar fotos si no les invitaba a todos a bebidas, me dijo una señora muy bien vestida que pertenece a la administración local. Ellos si podían filmar, por cierto.
Hay bastante pesca en esta isla y los pescadores con sus cayucos salen casi todos los días en busca de nuevas capturas. Los más jóvenes hacen bastantes inmersiones con fusil y siempre traen algunas piezas grande, lo venden y ya han "hecho el día".
Varios senderos se adentran en el interior del bosque de la isla que, aunque es difícil perderse, es aconsejable ir acompañado por algún vecino. Es posible observar cantidad de vida tanto de aves (águilas, garzas, colibrís de diferentes colores...) como de mariposas y lagartos de varias tonalidades y tamaños, diferentes tipos de serpientes como boas y pitón, y caimanes en charcas de difícil acceso, pero nada de primates porque ya los han cazado todos.
Ciertamente me ha decepcionado esta isla porque no tiene nada mas que ofrecer a los habitantes que bares de borracheras, excepto una panadería dirigida por unos musulmanes que no venden alcohol, por lo tanto no se emborrachan y el respeto es norma general. Los borrachos insisten ser invitados para beber más y más. Es tremenda la dependencia al alcohol que tiene esta gente, como otros muchos en el resto del país.
Hay bastante pesca en esta isla y los pescadores con sus cayucos salen casi todos los días en busca de nuevas capturas. Los más jóvenes hacen bastantes inmersiones con fusil y siempre traen algunas piezas grande, lo venden y ya han "hecho el día".
Ciertamente me ha decepcionado esta isla porque no tiene nada mas que ofrecer a los habitantes que bares de borracheras, excepto una panadería dirigida por unos musulmanes que no venden alcohol, por lo tanto no se emborrachan y el respeto es norma general. Los borrachos insisten ser invitados para beber más y más. Es tremenda la dependencia al alcohol que tiene esta gente, como otros muchos en el resto del país.
En los bares se habla de política pero en voz baja. Como en Cuba o con Franco hace años. Nadie levanta la voz. O nadie sabe nada!. Preferible... calladito!, que con cerveza barata todo pasa mejor!.
Los sueldos de quienes trabajan en las diversas construcciones que se llevan a cabo en la isla apenas llegan a 300.000cfa., los mejores pagados. Mucha mano de obra viene de Gabón y Camerún, que son ahora pobladores de paso de esta isla. Y como no tengan un lugar para residir con alguien que se haga cargo son expulsados de la isla, como sucedió en mi presencia en el muelle antes de regresar a Kogo. La policía en esta situación es muy estricta. No quieren a nadie merodeando sin trabajo.