18 de diciembre de 2018

Abandono las Mesetas

A pocos días para llegar a Conakry, y por ende punto final del viaje, abandono las mesetas escalonadas y cortadas por valles que dominan llanuras y sabanas que tanto me han hecho disfrutar al recorrerlas, los altos acantilados en los que fluyen muchas cascadas, los ríos, los bosques impenetrables y las aldeas de chozas tradicionales de maderos, adobe y rafia para pasar a una zona más baja del país con paisajes muy verdes que siguen alegrando la vista.
Mi siguiente destino tendría que haber sido el Parque Nacional del Níger Alto para disfrutar de unas noches en el interior del mismo visitando uno de los pocos ecosistemas secos que quedan en el O. de África, pero tras varios días intentando contactar por teléfono con el personal del parque nadie me cogió las llamadas. Tampoco contestaron a Hassan Bah que conoce a Christien, la encargada del Centro de Reabilitación de Chimpancés que se encuentra en Somoria, una aldea a 30Kms. de Sidakoro, muy cerca del Parque. Ante esta inesperada eventualidad he decidido cambiar el plan final del viaje y concluir los días que me quedan cerca de Conakry.
El "Park National du Haut Níger" situado en la zona nororiental del país cubre alrededor de 6.000Km², de los cuales 600Km² conforman el área central. El parque protege importantes extensiones de bosque, sabana y se considera una prioridad de conservación para el África Occidental en su conjunto. Con varias zonas ecológicas, la dominante es la Sabana, consistente en bosques, matorrales y un área más pequeña de arbolestas ribereñas a lo largo de los ríos Níger y Mafou. Alrededor del 5% del parque es agrícola, concentrados en los bordes del parque, y en ocasiones sujeto a incendios durante la estación seca.
Su fauna diversa de mamíferos (más de 94 especies) y aves incluye pangolines gigantes, chimpancés del África Occidental, mangostas de Gambia (una especie endémica que parece estar bien representados en el parque), antílopes (kobs), nutrias, leones y manatíes africanos, entre otras muchas más. Y me lo he perdido!.
Así pues, no he tenido mas remedio que decidir al azar el siguiente destino entre Mamou o Kindia, las dos ciudades más cercanas a la capital. Aunque ninguna tiene nada interesante, he priorizado pasar el tiempo charlando con la gente y paseando por sus alrededores.
A primera hora de la mañana me dirigí en taximoto a la gare en busca de transporte. Tenía muy poco donde elegir ya que sólo había un taxi a medio llenar que se dirigía a Conakry. El de Mamou estaba vacío aún. La opción más acertada sería entonces ir a Kindia.
Desde Dalaba se puede llegar en taxi compartido hasta Mamou (60.000FG./1h.) y luego otro hasta Kindia, con la consiguiente pérdida de tiempo porque no son rutas muy demandadas, o comprarlo hasta Conakry (85.000FG.) y descender en el cruce de entrada a Kindia. Y elegí éste ultimo por economía y seguridad en la salida.
La carretera asfaltada, aunque en buen estado, presenta bastantes agujeros y socavones que hay que esquivar por lo que la conducción se ralentiza en diversas partes del recorrido. No hay mucho tráfico así que los conductores se confían en exceso produciéndose bastantes accidentes. En los arcenes se ven coches y camiones abandonados, todos destrozados, que con el paso del tiempo ya nadie retira. En las cuatro horas que duró el trayecto observé 3 accidentes recientes y varios vehículos reparándose en el mismo carril o esperando asistencia.
Desde el cruce de Kindia hasta el centro hay aprox. 5Kms., y aunque cerca hay algunos albergues y hostales preferí subir a un TaxiMoto que me llevara hasta el centro de la ciudad para hospedarme en un clásico, el Hotel Buffet de la Gare (130.000-250.000 FG./cama doble, baño, y climatización los más caros), un hotel de la era colonial ahora reformado, pero en estado decadente.
El tráfico en esta ciudad es mucho más fluido pero a la vez más caótico. Hay mucha gente caminando por las calles, sin acera, invadiendo la vía pública debido a los muchos puestos situados en cualquier lugar posible. Y la zona del Mercado Central es la más bulliciosa, la más incontrolable, la más fascinante. 
Esta ciudad es uno de los principales centros de comercio de arroz, tubérculos, tomates, plátanos, cítricos y mangos plantados en el área agrícola circundante. Y también de ganado
Miles de personas se concentran en una amplia extensión de callejones, pero moviéndose de un lado a otro a velocidad endiablada. No es aconsejable ir mirando muy detenidamente los puestos porque se corre el riesgo de ser arrollado, o golpeado como me ocurrió en los primeros instantes. El ruido continuo de claxon, de motores de enormes camiones, de gente gritando, u olores desagradables, me avisa que ya no estoy en la montaña, sino en una gran urbe, pero hace del momento algo que hay que vivirlo personalmente. Con intensidad. Una buena idea fue sentarme en una cafetería y observar detenidamente el incesante flujo de gente callejeando sin parar.
Kindia es uno de los mejores lugares del país para encontrar los tejidos de índigo teñidos con técnicas tradicionales, otro de los principales productos locales manufacturados que se venden principalmente en la capital.
Al anochecer se montan ventorrillos cerca de la concurrida estación de transporte público con diferentes tipos de comidas a unos precios irrisorios. Por 5.000FG. se puede comer un buen plato de arroz con verdura, carne o pescado, y salsa. 
Hay varias rutas posibles por los montes y cascadas cercanos que se pueden visitar fácilmente en moto, como la peculiar cascada Chute de la Voile Mariée (o cascada del Velo de la Novia), una fina caída de agua de apox. 80mts. que recuerda al velo blanco que utilizan como complemento algunas novias, pero me han advertido que apenas cae agua y no es tan vistoso estos días porque no ha llovido nada
He preferido relajarme en esta ciudad paseando tranquilamente por sus calles transversales observando la vida en familia y el continuo movimiento de gente. Estos días no hay corriente eléctrica en toda la ciudad y las tiendas tienen que tirar de los motores eléctricos y paneles solares para tener algo de luz. 
Como anécdota igualmente interesante, me han contado algunos vecinos que las primeras secuencias de la película "Tarzán"  fueron filmadas en Kindia.