21 de diciembre de 2018

Llega el Final

Ya me encuentro en Conakry, la capital,  dispuesto a concluir el viaje en esta ciudad. 
A primera hora de la mañana subí a un  7 place (30.000FG.) desde la estación de transporte público de KindiaFueron 140Kms. por una carretera asfaltada llena de agujeros y baches que ralentizaba muchísimo la conducción. 
En esta parte del país se comienza a observar cómo van desapareciendo prácticamente todas las chozas de barro y rafia de las aldeas y son incontables los inmuebles de cemento que los van sustituyendo. Conmovedoras las imágenes que van sucediéndose en cada poblado en zonas abiertas de puestos de mercadeo vacíos y la parcela llena de todo tipo de plásticos, desperdicios y basuras procedentes del día semanal de mercado que no son retirados en su momento. Y surge ante mis ojos algo que no veía en el N. del país: los vehículos de transporte públicos cargando sobre el techo todo tipo de artefactos con alturas que hasta triplican el tamaño del mismo, incluso con pasajeros aferrados sobre ellos de cualquier manera. Normal que vuelquen a menudo! La policía no controla estos peligrosos espectáculos sencillamente porque muchos de éstos viajan ahí también. Es la otra cara de la desgarrada pobreza que sufre el país. La ropa de los paisanos deja ya de ser tan colorida para pasar a ser géneros típicos de mercado chino: chaquetas-pantalón, camisetas de algodón, trajes estampados de moda económica, vaqueros, sandalias plásticas....
Al llegar al punto kilométrico 36 de la carretera Nacional hay un control de entrada y salida de la capital muy estrambótico: decenas de coléricos policías (solo les faltaba espuma en la boca) de forma extraordinariamente caótica reteniendo todo el tráfico "con una cuerda", pidiendo los documentos (muchos dan dinero para continuar sin más preguntas) aunque de manera sospechosamente aleatoria. Saben a quien parar!. A nosotros, a la entrada de la ciudad, también pero fue mucho mas distendido.
Internarse a través de la periferia de esta enorme ciudad no es nada interesante pues se caracteriza por el mogollón de retenciones principalmente en los lugares donde se concentran los vehículos de transporte público. Éstos paran de cualquier manera y suelen ser junto a los mercados, también obstruido por la enorme cantidad de viandantes que cruzan sin mirar, presentando una imagen dantesca con todo tipo de basuras amontonadas (en ocasiones humeando) que ocupan los arcenes de la carretera principal y mucha gente moviéndose junto a ella. 
El taxi se detuvo finalmente frente a la Gare Madina (en la N1)junto al Mercado Madina, otra caótica estación de transporte, a pocos minutos en moto de la zona que he elegido para quedarme.  Hemos tardado un total de cuatro horas en alcanzar el centro de la capital.
Por teléfono, el día anterior, había reservado una habitación en el Jardín de Guinea  (500.000FG./cama doble y climatizado), un conocido restaurante en Route du Niger que dispone de 4 habitaciones. Pero al personarme comprobé que el estado de la habitación no era apropiado al precio que piden por lo que opté por abandonar el hotel y dirigirme a la Residencia Al Nour, en la avenida de la Cornisa Sur, varios centenares de metros más allá, que ya había visto días atrás en Internet (el precio anunciado en Booking  era 595.000FG) y que, aunque siendo algo más caro, podría tener la opción de "trabajar" el precio y rebajarlo si hablaba directamente con la dirección, como así ocurrió (50€/noche, cama doble, baño, climatización, Tv)En estos momentos necesitaba echarme un pequeño lujo final para recobrar energías perdidas durante todo este viaje de incómodas carreteras, apretadísimos y desesperantes taxis y horas perdidas esperando en las estaciones de transportes por la salida de sus desvencijados vehículos. 
Sin duda alguna es un pedazo de hotel sobre el mar, muy bien cuidado, a menos de 4kms. del centro urbano (7.000GF. en TaxiMoto) en KaloumSe escuchan las olas romper bajo mi habitación, tiene una pequeña piscina con sombrillas y hamacas, nada mejor para concluir el viaje ya que el vuelo era de madrugada y me podía quedar el último día disfrutando de la piscina hasta el atardecer. Observando la estricta vigilancia del edificio por militares mercenarios armados y el mal carácter de todos ellos puedo suponer que se alojan muchos tipos importantes que tienen miedo de vivir (o prefieren refugiarse), en esta ciudad.
Desde que los empleados de las multinacionales de la minería y otras muchas empresas internacionales se han establecido en esta ciudad los precios se han elevado tanto que ya no hay hoteles económicos en el centro de Conakry, a excepción de la Misión Católica  (>160.000 GF.), ni si quiera de "calidad media" de menos de 25€. Casi todos son "desde 100€", por lo cual es mejor quedarse varios kilómetros fuera de la ciudad, que son más económicos, y moverse en TaxiMoto, Taxi compartido o a pie, aunque hay muy poco que ver en esta sucia ciudad como para estar mucho tiempo intentando descubrir otras cosas.
He recorrido muchas partes del centro de esta ciudad de configuración alargada y rodeada de mar, también muy sucio. No hay playas, todo son rocas. Sólo se ven a los niños saltando en el agua entre las piedras.
Las calles principales se colapsan sin control a cualquier hora del día. No hay aceras, ni zonas de aparcamiento para el transporte. Aparcar en doble fila es común pero luego se enfadan que lo hagan los otros conductores, o se paran en cualquier lugar de la vía para sus caprichos y obstaculizan a todos los demás!.
Aquí todos se mueven a mucha velocidad, como si se escapara la vida!. Coches, motos, transeúntes, tipos cargando sobre sus cabezas enormes bultos u otros empujando sus carros de cargas. Me resulta asombroso e inquietante. 
Cruzar la calle en ocasiones es una odisea. Hay que mirar constantemente a todos los lados porque siempre se viene encima una moto lanzada. O dos. O tres.... El claxoneo es inscesante y exasperante. Y la presión continua.
Las zonas comerciales de la ciudad están constituidas por los mercados Madina, Niger, Enipra, Dabondy..., donde más movimiento de gente se encuentra y más vida hay.
En ellos se puede encontrar de todo. Los puestos muy apretados y recargados de mercancía y el mogollón de gente pasando a través de ellos es un espectáculo visual y sonoro, pero para observar algo distante. Es el paraíso de los carteristas. No hay momento para el despiste ni para observar detenidamente algo en un puesto porque se tropiezan conmigo, o yo con ellos al caminar!. En ocasiones es prudente agazaparse en ellos o la avalancha de gente arrastra. Y en ese caso la presión vendría por parte del vendedor "invitando" a mirar su mercancía!.
Alrededor de los mercados se concentran los cambitas, con los fajos de billetes a la vista y llamando la atención pero en el momento de la transacción se esconden para no ser observados (?).
Pasear por el centro es observar que lamentablemente la mayoría de los edificios coloniales están en estado deplorable, sucios, decadentes, sin cuidados alguno desde que se construyeron.
Poco antes de los 60's el Gral. De Gaulle concedió a sus colonias mediante referéndum la oportunidad de elegir independizarse o seguir integrado en la comunidad francesa y Guinea decidió ir por libre, proclamándose independiente en 1958 en contra de los deseos franceses. Como castigo los gabachos en un brevísimo tiempo decidieron desmantelar toda la infraestructura que la desarrollaba provocando el colapso administrativo, económico, técnico y de personal, que nunca han podido recuperarse. Víctima de la represión económica sus efectos fueron catastróficos provocando un bajo nivel de educación, mala relación internacional, baja tasa de inversión extranjera....
Abandonados por Francia buscaron apoyo en la Unión Soviética con quien llegaron a mantener buenas relaciones. Hoy día van avanzando muy lentamente.
Incluso fue invadida en 1970 por las tropas portuguesas estacionadas en la colonia portuguesa de Guinea Bissau por el apoyo que el gobierno prestaba al movimiento independentista de esa colonia vecina. Aunque los pudieron rechazar continuaron ayudando a la resistencia convirtiéndose en su principal base logística y de preparación militar. Pues más leña al fuego!.
El último día me quedé desde las 12 horas, cuando más calor hace, disfrutando en la piscina del hotel haciendo tiempo para cuando anocheciera dirigirme al aeropuerto. Se puede ir en taxi desde 40.000FG. -según se regatee- y en TaxiMoto desde 20.000CF., pero es más polucionado y algo más peligroso porque en la carretera no se respeta nada, hay muchos coches averiados que retienen el tráfico constantemente y hay que esquivarlos al igual que muchas motos más que también lo quieren hacer a la vez. Son sólo 13Kms. pero con tanto tráfico parece mas lejano. Para regresar a la ciudad se puede coger uno de los taxis estacionados en el aeropuerto o caminar los pocos metros que hay hasta la avenida y parar un taxi colectivo o a un TaxiMoto.
El resto de los francos que me sobraron los cambié a los cambistas que se concentran en el mercado Madina pero también se puede cambiar a los que se encuentran tras la vallas del aeropuerto a unos precios no muy malos -también depende del poder de regateo de ambos-. El aeropuerto es muy pequeño, no tiene donde sentarse en el exterior mientras se espera la hora de entrada al edificio de la Terminal. Solo dispone de una cantina climatizada con unas pocas mesas. Tras las vallas que separa el recinto de la avenida se concentran algunos puestos de comida y bebidas.
De suerte que por la noche deja de hacer el insoportable calor aunque preferí tomarme las últimas cervezas en la cantina.
El control del aeropuerto es mucha risa. No examinan el equipaje al entrar al recinto ni al embarcar. Todos los policías piden dinero sin maldita vergüenza. Por supuesto, no hay que darles nada. Incluso, con la vaga excusa de que no se puede sacar dinero del país obligan a enseñar la cartera a todos los viajeros. No permiten si quiera llevarse las pocas monedas que suelen sobrar porque las quieren para repartirlas entre ellos. Como le había regalado los pocos francos que me sobraron al pibe de la cantina que me sirvió las últimas cervezas, se quedaron con las ganas. 
Una vez en la zona de embarque solo era cuestión de esperar la salida del vuelo.

Y éste es el punto final de mi viaje por las 3 Guineas
El recorrer estos tres países ha sido, por mi forma de viajar y mis experiencias por África Occidental, un viaje sencillo de realizar. 
Aunque todos tienen bellos enclaves turísticos que se encuentran entre los mejores del mundo, desafortunadamente, no son potenciados por sus gobiernos. Como si no les importasen en absoluto, ya que éstos no se preocupan por el patrimonio heredado de sus antecesores. Uno de los principales motivos es que hay que invertir recursos económicos en ellos. Incluso muchos inmuebles emblemáticos del pasado son irreconocibles hoy en día por falta de mantenimiento.
Aún así, suceden muchas diferencias entre estas tres que he visitado.
Si en la Ecuatorial la calidad de las carreteras y el sencillo acceso a los lugares más bellos del país fue lo mejor, los continuos y vergonzosos controles policiales o militares hacían pensarme bastante el viajar por el interior con la incertidumbre de ser retenido arbitrariamente, como le ha sucedido a muchos turistas anteriormente, y a mi en varias ocasiones, con el único propósito de reclamar dinero para continuar bebiendo alcohol.
Tanto en Bissau como en Conakry me sucedió todo lo contrario. Sus carreteras en estado deplorable hacía muy complicado, cansino y polvoriento llegar a muchos lugares, y los policías fueron en todo momento muy amables, simpáticos y respetuosos. En ningún momento les observé "los ojos enrojecidos!".
Aunque en todas el ser uno de los pocos viajeros que caminaba por sus calles, y con ello destacar como un “blanco perfecto” de miradas -y eso me encantó mucho-, se debe a que son destinos que anima a muy pocos viajeros debido principalmente a que no existe una infraestructura turística adecuada que motive venir. Seguiremos siendo los mochileros (y hoy día los cooperantes internacionales) los que continuemos la larga tradición de mostrar al mundo (es decir, a nuestros conocidos) destinos alternativos que a muy pocos se les pasa por la cabeza. 
Por otro lado implica que, al no ser tan comercial, por las calles nadie me ha molestado intentando venderme, o timarme, con precios abusivos demandándome en todos los casos precios correctos hasta para el transporte público. Si acaso, en algunos taxis he tenido que pagar un precio adicional por poner mi mochila en el techo del vehículo, algo que también han pagado en ocasiones otros viajeros locales, aunque probablemente más barato.
La pobreza es general. Hay gente extraordinariamente pobre que no tiene ayudas ni recursos para sobrevivir. Y lo saben sus gobernantes, pero intentan dar otra imagen al exterior. Por eso, hay que estar aquí. Vivir con ellos. Escucharlos. Entender que pasa en nuestro mundo. Qué noticias hay que filtrar, o comparar, o no creer!. 
Todos con los que he hablado, guineanos o extranjeros, coinciden en lo mismo: las multinacionales y las mafias que trabajan en estos países siguen extrayendo y llevándose los riquísimos recursos fuera del país bajo consentimiento político (a base de gratas comisiones). Políticos corruptos manejados por empresas poderosas que pagan sus campañas electorales y se encargan con sus medios de comunicación de engañar o "distraer" al pueblo. No interesa que los ciudadanos se manifiesten contra las formas de gobierno. Como siempre ha sucedido.
Que los políticos o militares de conveniencia colocados por estas mafias se encargan igualmente de no dejar prosperar al país. 
Aún así, las tantísimas comunidades, queriendo tener un papel activo en la política del país, se encargan igualmente de boicotear todo lo que no sea repartos en su propio beneficio. Y así no se llegará nunca a un futuro desarrollado.