Pero, ¿cuántas Guineas hay?, me preguntan
todos a quienes les digo que este año mi siguiente proyecto de viaje es conocer
las "tres Guineas africanas":
República de Guinea Ecuatorial,
República de Guinea-Bisáu (o Rep. da Guiné-Bissau)
y República de Guinea (a veces llamada Guinea Conakri o République de Guinée).
Aunque hay otra más: Nueva Guinea una isla compartida por Papúa Indonesia (llamada también Nueva Guinea Occidental o Papúa Occidental) y Papúa Nueva Guinea, situadas en el Océano Pacífico, sobre Australia (isla que ya visité hace cinco años).
República de Guinea Ecuatorial,
República de Guinea-Bisáu (o Rep. da Guiné-Bissau)
y República de Guinea (a veces llamada Guinea Conakri o République de Guinée).
Aunque hay otra más: Nueva Guinea una isla compartida por Papúa Indonesia (llamada también Nueva Guinea Occidental o Papúa Occidental) y Papúa Nueva Guinea, situadas en el Océano Pacífico, sobre Australia (isla que ya visité hace cinco años).
Esta vez me quiero centrar primeramente en Guinea Ecuatorial, un
pequeño país rectilíneo centro-africano compuesto por dos regiones: una
continental (río Muni) que limita
al Norte con Camerún,
al Este y Sur con Gabón,
y al Oeste con
el Golfo
de Biafra (o de
Guinea) y una isla principal, Bioko,
donde se encuentra Malabo la capital del país, con una serie de islas volcánicas de las cuales destacan cuatro: Annobón, Corisco, Elobey
Grande y Elobey
Chico. Y entre ellas están también las islas de la República Democrática de Santo Tomé y Príncipe (ilha Sao Tomé e ilha do Principe).
Guinea Ecuatorial es uno de los países menos visitados turísticamente del mundo. Una nación de algo más de un millón doscientos mil habitantes, única de habla hispana en África (fue provincia española), con selvas y bosques, algunas playas de arena blanca y otras muchas de arena volcánica, con una enorme diversidad de vida vegetal y animal y, evidentemente, por su posición geográfica también con olas para surfear. Hasta hace poco, el país era casi desconocido para los viajeros, a quienes les desalentaba visitarlo por el difícil proceso de visas, los precios tan caro de sus hoteles y la falta de infraestructura turística.
Guinea Ecuatorial es uno de los países menos visitados turísticamente del mundo. Una nación de algo más de un millón doscientos mil habitantes, única de habla hispana en África (fue provincia española), con selvas y bosques, algunas playas de arena blanca y otras muchas de arena volcánica, con una enorme diversidad de vida vegetal y animal y, evidentemente, por su posición geográfica también con olas para surfear. Hasta hace poco, el país era casi desconocido para los viajeros, a quienes les desalentaba visitarlo por el difícil proceso de visas, los precios tan caro de sus hoteles y la falta de infraestructura turística.
Sin embargo, las cosas están cambiando poco a poco, los visados turísticos se están dando a cuenta gotas, están construyendo una excelente red de carreteras y
muchos hoteles comienzan a rebajar sus precios si se les insiste un poco debido a la falta de clientes.
Volar hasta este país se puede hacer desde Madrid con varias compañías aéreas y los precios pueden ser económicos si se compra con bastante antelación:
Air France, desde 483€
Royal Air
Maroc, desde 532€
Ethiopian
Airlines, desde 552€
Ceiba Internacional, la compañía nacional, no vende boletos en su página web ni consta sus precios.
Ya solo me espera llegar a su capital, Malabo, conocer sus mercados y sus edificios coloniales, adentrarme en la isla y trepar hasta algunos de los poblados que se esparcen por las montañas, caminar hasta sus calderas volcánicas o bañarme en las playas de Bioko. Luego, cruzar en ferry la distancia oceánica que la separa del continente hasta Bata, la gran ciudad, visitar sus mercados, sus barrios tradicionales, disfrutar de las puestas de sol desde el Paseo Marítimo, navegar algunos ríos, sus estuarios, visitar poblados de casas de madera de calabó y nipa, ver algún Abaá (Casa de la Palabra), entrar en la selva continental y caminar por el Parque Nacional del Monte Alén, donde con mucha de suerte podré ver diferentes grupos de simios en plena acción, entre ellos los gorilas.
Ceiba Internacional, la compañía nacional, no vende boletos en su página web ni consta sus precios.
Ya solo me espera llegar a su capital, Malabo, conocer sus mercados y sus edificios coloniales, adentrarme en la isla y trepar hasta algunos de los poblados que se esparcen por las montañas, caminar hasta sus calderas volcánicas o bañarme en las playas de Bioko. Luego, cruzar en ferry la distancia oceánica que la separa del continente hasta Bata, la gran ciudad, visitar sus mercados, sus barrios tradicionales, disfrutar de las puestas de sol desde el Paseo Marítimo, navegar algunos ríos, sus estuarios, visitar poblados de casas de madera de calabó y nipa, ver algún Abaá (Casa de la Palabra), entrar en la selva continental y caminar por el Parque Nacional del Monte Alén, donde con mucha de suerte podré ver diferentes grupos de simios en plena acción, entre ellos los gorilas.
