11 de junio de 2018

Bioko, la Isla; Malabo, su Capital


Ya me encuentro en Malabo, la capital, principal ciudad de Guinea Ecuatorial y de la provincia de Bioko Norte, localizada en la costa norte de isla Bioko., aprox. a 40kms. del continente (frente a Camerún). Es la ciudad más antigua del país, por lo cual se puede observar una gran cantidad de edificios de arquitectura colonial.
Me he hospedado las dos primeras noches en el hotel Yoly y Hnos. (46.000cfa.), cama doble, climatización, Tv,  y wifi, en la Avda. 3 de agosto, ya que fue el más económico que conseguí contactar para que me enviaran una confirmación de reserva que me pedía el consulado guineano en LPGC para dfefinitivamente obtener el visado de entrada al país. Las siguientes noches las estoy pasando en el hostal Internet (25.000cfa.), cama doble, climatización, Tv, baño, wifi y ordenador, en la Avda. de las Naciones Unidas, igualmente muy céntrico.
La moneda que se utiliza en este país es la misma que se utiliza en todo el África Central  (CamerunRep. Centroafricana, Chad, Congo y Gabon): el franco CFA centroafricano que tiene el mismo valor que el CFA del África Occidental (BeninBurkina Faso, Costa de Marfil, Guinea Bissau, Mali, Níger, Senegal y Togo):  655,957cfa./1€.
Nada mas llegar me dirigí en Taxi al Ministerio de Turismo y Cultura en  busca del  Permiso Turístico "obligatorio" (15.000cfa.) que da derecho a visitar casi todo el país. 
Tras escribir en un documento oficial todos los lugares que quiero visitar luego es revisado y legalizado con la firma del ministro, normalmente en "tres días", pero he tenido que esperar, como si de "cosas de Palacio" se tratara, casi una semana para recogerlo, debido a la lentitud con la que ha decidido trabajar la secretaria del ministro que sorprendentemente lo tenía olvidado en un cajón de su mesa cuando pasé a recogerlo. Aún más sorprendente fue verla teclear en el ordenador con un dedo de cada mano!. Por cierto, durante las tres ocasiones que visité la oficina el único trabajo agobiante que pude observar mientras esperaba, que tenían los tres "oficinistas" (dos chicas y un chico) de la misma, era mirar mensajes de Whatsapp y cotillear F.B. en sus celulares de última generación!!. 
Es obligatorio presentarse en las oficinas del gobierno en pantalón largo, aunque las mujeres lo pueden hacer en mini-falda (otra norma machista y que se acepta con toda satisfacción!). 
Finalmente el Permiso Turístico me lo han dado con una duración de un mes.
El no tener este Permiso y ser parado por la policía o militares acarrearía gravísimas consecuencias (hasta cárcel!). En parte puedo eentender esta obligación de todo turista de "estar controlado" después de tantos supuestos "intentos de golpes de estado y atentados al presidente de la nación" promovido por empresarios y/o multinacionales, como sucede en todo África. Bueno, y en el mundo entero.
Desplazarme por esta bulliciosa ciudad, que no es muy grande, es sencillo y económico si se hace en taxi compartido (entre 500cfa.  1.000cfa. según la distancia). Sus calles bastantes limpias, comparadas con el resto de las ciudades africanas, de diseño cuadrado, revelan la antigua concepción de ciudad moderna, ofrece algunas zonas verdes y de ocio provocando una sensación de arquitectura aprisionada por la baja altura de los edificios en una combinación entre occidentalización y africanismo.  
En el centro se conservan construcciones coloniales, aunque muchas de ellas se encuentran bastante deterioradas, como los edificios de madera del s.XIX de las calle Nigeria y calle Rey Boncoro, que al mismo tiempo conviven con inmuebles más modernos. La huella que dejó España en G.E. -que le otorgó su independencia en 1968-, se puede observar en varios edificios emblemáticos que han resistido al paso del tiempo en la isla. 
Entre los lugares de interés importantes que estoy visitando estos días destaca los distendidos paseos por la Avenida de la Independencia, arteria principal de la capital, que desemboca en la Plaza de la Independencia, jalonada de altas palmeras que al atardecer se cubren de murciélagos. En medio, soportada por figuras africanas se encuentra una fuente también de mármol con una ceiba, rodeada por una serie de columnas y salpicada de bancos decorados con azulejos en los que se representan escenas de la vida cotidiana de los pueblos que habitaban el país antes de la llegada de los colonizadores europeos; 
en frente, la Catedral de Malabo (o Catedral de Santa Isabel de Malabo), el templo cristiano más importante de toda Guinea Ecuatorial donde se venera a la patrona de la ciudad, Santa Isabel de Hungría. Su construcción de estilo neogótico, del que destaca su fachada flanqueada por dos torres de 40mts. de altura y su cuerpo de tres naves, comenzó en 1897, con donaciones de feligreses, compañías comerciales y el gobierno colonial español, e inaugurada en 1916
el Palacio de la Presidencia, otro ejemplo de arquitectura colonial española, custodiado por policías con agresiva conducta y muy mala educación no permitiendo ni acercarse lo más mínimo
la Casa Verde, una de las edificaciones más antiguas, con un origen que se remonta a mediados del s.XIX (se desconoce la fecha exacta), al parecer, construida con madera de pinotea americana (pino amarillo) en Bélgica. Una vez concluido los trabajos fue trasladada a la isla. Utilizado por el Consulado de Portugal hoy día pertenece al  Ministerio de Cultura
la Casa Teodolita, una histórica y bella edificación de 1902 elaborada a base de madera, incluido el interior, destaca por su bonita fachada de color crema y circundada por una fila de ventanas marrones en su piso superior;  
el Centro Cultural español creado en el 2003, acoge y fomenta la creatividad mediante diversas actividades y programas que difunden la cultura y la creación artística; 
el Centro Cultural Ecuatoguineano, construido en 1950 como Archivo religioso español, toma la responsabilidad de coordinar y difundir las tradiciones y costumbres de los pueblos de Guinea Ecuatorial, lugar de reunión de jóvenes principalmente al atardecer;
el Centro Cultural francés, desde 1985 ofrece cursos de francés, exhibiciones, actuaciones, exposiciones y trabajos artísticos; 
la Bahía del puerto, considerada como un cráter abierto por la acción erosiva del mar y el nuevo Paseo marítimo donde "se airean" o hacen deporte los malabeños.
También destaca las magníficas vistas del macizo volcánico del Pico Basilé (3.012mts.) al fondo de la ciudad que, aunque estos días aparece cubierto por las nubes pues ha llovido en algunas ocasiones, despejado dota de un gran encanto a todo este entorno.  
El Mercado Central, en el corazón de la ciudad, cerca del estadio de fútbol y formado por varias calles de tenderetes que se agrupan según los productos donde se venden frutas y verduras frescas, pescado ahumado, enormes caracoles de tierra, especias, latas de conservas, pan, tabaco, bebidas, cosméticos, herramientas, tejidos africanos de vivos colores…. Aunque ya decadente, en sus alrededores el gentío se acumula y los taxis colapsan el trafico circulante, ha dejado de ser el punto de ventas de antaño llevándose mucha clientela el enorme Mercado de Semu, no muy lejos de él, bullicioso, colorido y con una gran actividad comercial. 
En éste también se puede ver todo tipo de mercaderías pero destaca una llamativa diversidad de carnes de procedencia inimaginable como caimanes, monos, puercoespines, ratas de campo, gatos salvajes, pangolines, iguanas, cebúes, serpientes, antílopes…,  enteros o preparados para consumir en la extrema cocina guineana. También pescados variadísimos, frutas y verduras locales, ropa, calzado…. En definitiva, una visita casi obligatoria si se quiere observar de cerca las diferentes comunidades que habitan en esta isla que vienen semanalmente a realizar las compras para llevar a sus pueblos.
Para la compra de productos de alimentación y bebidas de fuera del país destacan los supermercados Martínez  Hermanos que aquí son muy populares, las tiendas de ultramarinos llevada por inmigrantes árabes, senegaleses, nigerianos o cameruneses y bares donde se puede comer por muy poco dinero, platos desde 1.000cfa.
Hay también una gran cantidad de expatriados europeos con negocios de restauración o empresas propias además de los que trabajan en multinacionales extranjeras que operan en este país.
Con una población que supera los 200.000 habitantes, los idiomas oficiales de la ciudad, así como de todo el país, son principalmente el español, y el francés o el portugués -hablado por los inmigrantes-.
Predominan entre las otras minorías las etnias bubifangndowe y benga, todas ellas del grupo bantú. Cada una maneja una lengua distinta, y dentro de cada etnia varían, según valles y regiones, los dialectos. El español, además de las lenguas autóctonas, es el idioma que más se habla en el país -con un acento y palabras muy particulares-, y nexo que los une y distingue de los países francófonos y anglófonos que los rodean.
En 1472 el navegante portugués Fernao do Pó (Fernando Poo) intentando encontrar una nueva ruta hacia las indias descubrió esta isla conocida antiguamente por los bubis, sus habitantes autóctonos, como Etulá, a la que llamó "Fermosa Flora", y más tarde, en 1494, bautizada con el nombre de su descubridor, isla de Fernando Poo
Malabo fue fundada en 1827 por el capitán inglés William Fitzwilliam Owen, bautizándola con el nombre de Port Clarence, en honor del Duque de Clarence, futuro rey Guillermo IV de Inglaterra, luego, en manos de España en  1847, la ciudad recibió el nombre de Santa Isabel en honor a la Reina Isabel II (de Borbón). Y finalmente, en 1973, bajo la presidencia de su primer presidente constitucional Francisco Macias Nguema recibió el nombre actual.
Estos días hace calor, el ritmo vital es lento y profundo y el compás lo marca los atardeceres, el sol quebrándose en el horizonte tras algunas nubes, el cielo rojo-plomizo, y las músicas que suenan perdidas. Todo es pegajoso, como el calor ecuatorial húmedo que viene del mar o del bosque de los montes cercanos.
En resumen, en Malabo es imprescindible sin duda alguna pasearse por los mercados callejeros, auténticos laberintos de variadísimas mercancías y gente, admirar la belleza decrépita de las casas coloniales -muchas castigadas por la humedad y las lluvias-, recorrer la avenida al atardecer, sentarse en la terraza de algún bar céntrico de la ciudad a última hora de la tarde para tomar unas cervezas San Miguel observando el mar o el ritmo de la ciudad y conversar con los guineanos sobre fútbol, la actualidad de  España o del gobierno guineano, pero con extrema cautela de no criticarlo abiertamente. Todos se conocen y alguien puede chivarse, con lo que ésto acarrearía al desobediente!.
Observando bien mar adentro se puede divisar alguna plataforma petrolera, y es que hoy día G.E. es uno de los principales productores de petróleo del Golfo de Guinea  junto a NigeriaGabónCamerún Angola. El 25% del crudo que consume Europa procede de esta parte del continente.
Mi siguiente destino será Luba, una histórica ciudad costera a 52kms. de Malabo y la segunda más grande de Bioko. En su bahía España tomó posesión de los  Territorios del Golfo de Guinea en 1778.