3 de junio de 2018

¿Que sabemos de Guinea Ecuatorial?


El colonialismo español en el África negra es uno de los episodios más ignorados e interesadamente silenciados de la historia reciente de España.



Guinea Ecuatorial, como el Sahara, ha sido una de las grandes asignaturas pendientes de la política exterior española. Estos territorios dejaron de depender de Madrid en las postrimerías del franquismo, y ambos arrastran una trágica historia que la España democrática ha sido incapaz de enderezar.
Las provincias españolas en África fueron cuatro territorios bajo soberanía española situadas en el "África española que obtuvieron el rango de provincia de España  durante la dictadura de Francisco Franco.
La mayor parte de estas colonias eran conocidas como el África Occidental Española  y los Territorios Españoles del Golfo de Guinea. El África Occidental estaba compuesto por Río de Oro y Saguia el Hamra, que se unirían para dar forma a la Provincia del Sahara (la que desde 1975 forma el enclave disputado del Sahara Occidental) además de Ifni, que pasó a ser Provincia, Cabo Juby que fue cedido a Marruecos.
Los territorios situados en el Golfo de Guinea fueron considerados como colonia en el período de tiempo comprendido entre los años 1778 1956, fecha en que fue creada la Provincia del Golfo de Guinea, que perduraría hasta 1959, al separarse las provincias de Fernando Poo y Río Muni. Bajo la ley de autonomía, las dos provincias fueron reunificadas en 1964 como Región Autónoma de Guinea Ecuatorial pero dotadas de una limitada autonomía, con órganos comunes a todo el territorio (entre ellos un cuerpo legislativo) y organismos propios de cada provincia. Aunque el comisionado general nombrado por el gobierno español tenía amplios poderes, la Asamblea General de Guinea Ecuatorial tenía considerable iniciativa para formular leyes y regulaciones. 
Guinea Ecuatorial, antigua colonia española, accedió a la independencia hace cincuenta años, el 12 de octubre de 1968 mediante elecciones democrática.
Los turbulentos años posteriores, alentados por empresarios españoles afincados allí, y desde la Península, y por multinacionales extranjeras, llevaron en pocos meses a una dictadura de su primer presidente elegido democráticamente, Francisco Macías, protagonista de graves enfrentamientos con la ex-metrópoli, hasta que fue derrocado en un golpe de estado por el régimen actual de su sobrino, Teodoro Obiang, quien ahora cuenta principalmente con el apoyo de la industria petrolera. 
Mientras las instituciones de defensa de los derechos humanos denuncian la dictadura de Obiang como máxima beneficiaria de la riqueza que genera la producción petrolera creciente, las democracias occidentales hacen la vista gorda para acceder a las inmensas reservas de petróleo que tiene el país.
La declaración oficial de materia reservada que, en algunos aspectos, dura hasta nuestros días, ha hecho de Guinea Ecuatorial y la influencia española un tema incómodo y complejo de entender, que jamás se ha enseñado en las escuelas, pero que sin duda aporta las claves para conocer mejor lo que en este país sucede y para afrontar con mayor conocimiento de causa las actuales relaciones entre Europa y África.